(del latín realitas y éste de res, «cosas») Entendiendo la realidad como la disposición del espacio y del tiempo, permite interpretarse desde la intimidad (subjetividad) del individuo, abriendo la posibilidad de la universalidad de la realidad, teniendo en cuenta que damos el carácter e interpretación de existencia o real a aquello de lo cual somos conscientes. «cogito ergo sum».

De ahí que podamos decir que cada interpretación de la realidad es una visión y/o percepción del mundo, que se construyen de manera individual. La experimentación, la obserrvación y las experiencias sensoriales permita al hombre de manera evolutiva replicar, controlar, aprender, contar (conocimiento deductivo-del marco general al campo específico). Primera fase del conocimiento.
La interpretación de la realidad como la facultad del entendimiento permite al individuo planear, es decir, de alguna manera adelantarse al devenir: a través de la razón, analizar la relación causa-efecto y de la imaginación, efecto-causa.
La interpretación de la realidad como la facultad del entendimiento permite al individuo planear, es decir, de alguna manera adelantarse al devenir: a través de la razón, analizar la relación causa-efecto y de la imaginación, efecto-causa.
La segunda fase se da apartir de referentes, aparece la explicación a todo. Sus características la describir y deducir.
Aparece el cuestionamiento, la duda, el criterio y se pone en tela de juicio, dando cabida a la explicación. La inducción (desde las partes al conjunto) define en gran medida la tercera fase del conocimiento.
Cuarta fase: El hombre se vuelve trascendental, dando sentido a su vida. Comprende, interpreta y transforma.


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